Rey Tigre y La Casa de Papel: los números de los éxitos de Netflix
O mejor dicho Tiger King y Money Heist, como se los conoce internacionalmente - fenómenos del boca en boca. Además, 50 millones para Disney+, Originales de YouTube, y el regreso de Homecoming
Netflix tiene dos tipos de éxitos.
House of Cards, The Witcher, y películas como El Irlandés y Escuadrón 6 atraen público a través del marketing tradicional: tráilers en YouTube, estrenos con alfombra roja, publicidad en vía pública, apariciones en talk shows. Lo mismo que haría una serie de HBO o una película de Disney.
Pero los fenómenos masivos del canal, los que relacionamos directamente con la marca, son los que nacen del boca en boca: Stranger Things, Toy Boy, You, Sex Education, y claro, La Casa de Papel y Rey Tigre.
En la entrega de hoy repaso los ratings de estas dos producciones, la forma en que se convirtieron en los programas más vistos del servicio, y la razón por la que son tan difíciles de replicar como de controlar.
ADEMÁS: YouTube regala todas sus series originales (menos la que vos querés ver), Homecoming regresa con nueva protagonista, y Disney+ alcanza los 50 millones de suscriptores.
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Rey Tigre: un éxito viral fuera de control
Desde que Estados Unidos empezó a tomarse en serio la expansión del COVID-19, el presidente Donald Trump da una conferencia de prensa diaria que suele ser un cruce de insultos entre periodistas y mandatario. Pero en la edición de ayer pasó algo inesperado: un cronista del New York Post se apartó de la agenda y preguntó a Trump si había considerado dar un perdón presidencial a un tal “Joe Exotic”.
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Joe Exotic es el alias del excéntrico protagonista de la serie documental de Netflix Rey Tigre (Tiger King), el dueño de un zoológico privado que fue condenado a 22 años de cárcel por razones que no pienso spoilear. El día anterior a la conferencia de prensa, el hijo mayor de Trump había revelado en una entrevista que consideraba excesiva esta pena, repitiendo una de las mejores estrategias de su padre: subirse a un fenómeno viral y demostrar (en un año de elecciones) que está más conectado a los intereses del público que su competencia del partido demócrata.
En menos de tres semanas después de su estreno, Rey Tigre se volvió un referente cultural que ya está fuera del control de Netflix, como muestran momentos como este, que generan titulares pero pueden ser incómodos para un canal que quiere mantenerse al margen de cualquier ideología.
Rey Tigre viene dominando la cultura pop angloparlante hace días. La actividad en redes sociales es constante, cada día se publican decenas de notas en sitios especializados y, claro, los memes son millones. Y no necesitamos confiar en los dudosos ratings de Netflix para confirmarlo, ya que según la consultora independiente Nielsen, Rey Tigre acumuló 34,3 millones de espectadores entre el 20 y el 29 de marzo en Estados Unidos - casi lo mismo que logró la promocionadísima tercera temporada de Stranger Things (36,3 millones) en sus primeros 10 días.
Números bestiales considerando que Netflix tiene sólo 60 millones de suscriptores en ese país.
El patrón de rating de Netflix suele ser el mismo que el de cualquier producto exitoso: el día del estreno es el más alto, y de ahí va bajando la cantidad de público hasta llegar a un piso. Según el medio especializado Variety, Rey Tigre tuvo 280.000 espectadores en su primer día, un buen número pero que está lejos de producciones originales de alto presupuesto como Altered Carbon (335.000) o la segunda temporada de Mindhunter (395.000). La serie terminó su primer fin de semana con un poco más de un millón de espectadores, pero en el segundo logró multiplicar ese número hasta alcanzar los 8 millones. Un crecimiento sin precedentes que sólo se puede explicar con la viralización a través de redes sociales.
Es que Rey Tigre no se parece a éxitos anteriores de Netflix. No es un documental inspirador como Justicia para el Pequeño Gabriel ni una investigación legítima como la de Making a Murderer, pero abre la puerta a un mundo tan grotesco como fascinante, un universo bizarro de personajes tan atractivos que es fácil olvidarse de su capacidad para la violencia brutal e inesperada.
En 2020, las redes sociales de Estados Unidos están dedicadas a hablar de la pandemia del coronavirus y el drama detrás de las elecciones, y en los últimos 15 días Rey Tigre se convirtió en tendencia en Twitter, Instagram y TikTok. La alternativa perfecta para hablar de otros temas que, al menos superficialmente, parecen no estar conectados con el virus o la política. La cantante Cardi B quiere hacer una colecta para sacar a Joe de la cárcel. Edward Norton y Jessica Chastain quieren interpretar a Joe Exotic y su enemiga Carole Baskin en la eventual película. Hasta Jared Leto twitteó en vivo la experiencia de ver la serie junto a sus cuatro millones de seguidores.
Por eso es que la apropiación del nombre de Joe por parte de los más nefastos políticos de los Estados Unidos revela un lado un poco más oscuro del documental, lo que cualquier argentino entenderá como uno de los riesgos del consumo irónico. Un día estamos retuiteando videos de una animadora desquiciada, y al día siguiente la vemos jurar en el Congreso como diputada provincial.
Netflix parece resignada a mantenerse al margen y disfrutar el éxito de su nuevo fenómeno viral, sucesos difíciles de reproducir y casi imposibles de controlar, pero que explican la estrategia de un servicio que estrena 20, 30, 40 producciones originales por mes esperando que alguna, sea por la razón que sea, capture la imaginación del público global.
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La Casa de Papel no agota al público
La Casa de Papel se estrenó a mediados de 2017 en el canal de aire Antena Tres de España, y no fue lo que se llama un éxito inmediato. Su estreno convocó una enorme cantidad de público (cuatro millones de espectadores), pero al final de la primera temporada la serie había perdido la mitad de su audiencia, y nunca la recuperaría.
En el diario La Vanguardia del 28 de junio de ese año, el crítico Pere Sola Gimferrer se quejaba del poco compromiso del público español con esta propuesta distinta e innovadora, en comparación a los números de éxitos más tradicionales como Velvet Colección o clásicos de la tele de este país como Cuéntame Cómo Pasó.
El editorial de Gimferrer parece premonitorio. En los últimos párrafos propone otra estrategia: “quizá sea hora que los canales se planteen otro escenario siguiendo el modelo de Estados Unidos o el Reino Unido, donde los canales producen muchos contenidos inicialmente deficitarios pero que se rentabilizan con el mercado internacional”. La fórmula que en pocos años resultó más que redituable para la industria española, que hoy domina los rankings de Netflix con productos como Toy Boy, Élite, y La Catedral del Mar.
La Casa de Papel se estrenó en Netflix a 2017 y creció en la audiencia internacional de la misma forma que Rey Tigre, a través del boca en boca y las redes sociales: recomendaciones, spoilers y memes. El éxito fue tal que el servicio pagó por la exclusividad de la temporada tres, que no se vio en la televisión de aire española y fue otro suceso de marketing para la Gran N, más allá de que las críticas no fueron las mejores.
Pero si los analistas pensaban que la recepción fría de la prensa y la sensación de decepción en el público masivo iban a frenar el fenómeno, estaban equivocados. Mientras otras series exitosas de Netflix (House of Cards, The Crown, Ozark) pierden empuje alrededor de la tercera o cuarta temporada (lo que tarde o temprano desemboca en una cancelación), la Casa de Papel está creciendo.
La consultora europea Parrot Analytics dice que a pesar del éxito de Rey Tigre en países angloparlantes, la cuarta temporada de La Casa de Papel es el programa más visto de Netflix en todo el mundo. La demanda de la serie aumentó un 36,6 por ciento con respecto a la de la temporada anterior y tuvo más espectadores en Francia, Italia, Estados Unidos y hasta en las Filipinas que en la propia España.
Por supuesto, el crecimiento debe tener algo que ver con la situación de cuarentena que se está viviendo en medio mundo, pero aún teniendo en cuenta un crecimiento de 30-40 por ciento de uso de servicios de streaming, es un logro que la serie española mantenga tanto interés en un mercado que parece saturado de nuevo contenido.
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Los 50 millones de Disney+
Aunque la atmósfera mundial no da mucho para celebraciones, Disney anunció ayer que su servicio de streaming Disney+ alcanzó los 50 millones de suscriptores en todo el mundo.
A fines de marzo el servicio fue lanzado oficialmente en varios países de Europa, donde la aplicación tuvo 5 millones de descargas en 24 horas. Al mismo tiempo se activó en India a través del servicio Hotstar, recibiendo 8 millones de suscriptores de forma inmediata, y este lunes se activó finalmente en Francia. En los próximos días Disney+ llegará a otras regiones de Europa Occidental, pero aún antes de sumar a ese público los resultados están muy por encima de lo que la empresa esperaba.
Antes de que se hablara de coronavirus, el servicio ya había demostrado enorme demanda en su país de origen. Disney+ lanzó en noviembre de 2019 y en sus primeros tres meses alcanzó 28,6 millones de suscriptores sólo en Estados Unidos.
Para ponerlo en perspectiva, Disney había proyectado que recién en 2024 alcanzaría entre 60 y 90 millones de suscriptores en todo el mundo, y hoy está a punto de llegar a ese objetivo, antes de su lanzamiento en Asia, Europa del Este, y América Latina.
Si el servicio tiene un talón de Aquiles, está en su producción original. Aunque es verdad que el atractivo de Disney+ es el fondo de catálogo, para mantener suscriptores hay que estrenar nuevo contenido y el servicio solo tuvo solo un puñado de lanzamientos en 2020. Con la producción de las series de Marvel en pausa,probablemente no veamos otro tanque hasta 2021, más que la segunda temporada de The Mandalorian.
Para alimentar este servicio, Disney está reduciendo su calendario cinematográfico para 2020. La semana pasada se confirmó que la película Artemis Fowl se salteará el estreno en cines y se verá de forma exclusiva en Disney+, mientras que el director ejecutivo Bob Iger dio una entrevista a la publicación Barron’s en la que confirmó que no es el último estreno de cine que se pasaría a este servicio.
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CORTITAS: Nuevos controles para Netflix, Originales gratuitos de YouTube, lo nuevo de Homecoming
El experimento de YouTube Premium de generar contenidos propios de ficción fue un fracaso, y casi todas sus series fueron canceladas antes de llegar a una tercera temporada. A pesar de que este catálogo solía estar solo disponible para suscriptores, el servicio ha liberado varias de sus temporadas para que se puedan ver durante la cuarentena.
La propuesta incluye proyectos interesantes como las dos temporadas de la serie juvenil Impulse o la comedia Champaign ILL con el genial Adam Pally, pero por supuesto, las producciones más atractivas están fuera de los límites. No vas a poder ver gratis Cobra Kai ni la interesante serie de ciencia ficción Origin con Tom Felton.
Netflix anunció nuevos controles para que los padres regulen los programas que ven sus hijos: de ahora en adelante se pueden filtrar programas específicos para que no aparezcan en el catálogo. Además, los padres van a poder revisar el historial de lo que vieron, poner códigos PIN para restringir el acceso y desactivar funciones como autoplay para controlar la cantidad de tiempo que se usa el servicio.
El tráiler de hoy es un teaser de la segunda temporada de Homecoming de Amazon Prime Video, que ya no tendrá a Julia Roberts ni a Shea Wigham, pero vuelven Stephan James y Hong Chau. El subtítulo de esta secuela que tiene la pinta de ser relativamente independiente de la anterior será A New Mystery y la protagonista es la prodigiosa actriz y cantante Janelle Monáe. Para verlo un par de veces en busca de pistas (¡sí, ese es Chris Cooper!)