La pelea de Universal y AMC acelera el colapso de las salas de cine
El estudio confirmó que seguirá lanzando cine a VOD post-pandemia, el exhibidor declaró que iba a dejar de pasar sus películas. Además: COVID TV, Homecoming 2
Universal Pictures, fundado en 1912, es el único estudio que sobrevive de la “Era de Oro” de Hollywood. Superó dos guerras mundiales, múltiples crisis económicas, la llegada de la televisión, y hasta una pandemia: la influenza de 1918.
Quizás por eso también fue el primero en reaccionar al coronavirus. En marzo de este año, Universal empezó el dominó de retrasos cinematográficos moviendo el estreno de la última película de James Bond de marzo a noviembre. Un mes después, con Trolls: World Tour, fue el primer estudio en lanzar en video a la carta (VOD) un estreno cinematográfico cancelado por la cuarentena.
Ayer, la corporación AMC, que opera 661 complejos y más de 8.000 pantallas de cine en Estados Unidos, dijo basta: mientras se sigan rompiendo las reglas tácitas de la distribución, no volverá a proyectar una película producida por Universal.
Por si no queda claro quién tiene más que perder, los estrenos de 2021 de este estudio incluyen Rápido y Furioso 9, Jurassic World 3 y Minions 3.
Ah, y Universal acaba de lanzar Peacock, su propio servicio de streaming.
Hoy voy a armar una línea de tiempo de todo este escándalo, y tratar de entender qué significa este colapso para las salas y los servicios de streaming.
ADEMÁS: Netflix y la BBC producen series en cuarentena y el tráiler de Homecoming 2.
¿El fin del negocio de la exhibición cinematográfica?
2019 fue un gran año para la industria global del cine. Avengers: Endgame se convirtió en la película más vista de la historia y la recaudación internacional alcanzó los 42.500 millones de dólares. Pero a pesar del éxito descomunal de Disney (13.000 de esos millones) y de sucesos como Joker y Spider-Man: Lejos de Casa, en Estados Unidos los números no cerraron tan bien.
Aún con Marvel, Pixar, DC, y El Rey León, la recaudación de 2019 en Estados Unidos bajó un 4% con respecto a la de 2018, que había marcado un récord histórico.
Los operadores de los grandes complejos de cine en Estados Unidos son tres: AMC (propiedad del conglomerado chino Wanda Group), Regal (que en nuestra región se llama Cinema City y en el resto del mundo Cineworld) y Cinemark. Entre los tres controlan más del 90 por ciento de las salas del país.
La relación entre estudios y exhibidores siempre ha sido cordial, pero hace casi una década que los analistas vienen anticipando que el crecimiento de los servicios de streaming iba a resultar una amenaza aún mayor para esa industria que lo que habían sido en su momento la televisión o el video hogareño.
Para entender la dinámica entre estudios y salas hay que entender la regla no escrita de las ventanas de exhibición, o la distancia que existe entre el estreno cinematográfico de una película y su edición en distintos formatos.
Cada estudio tiene sus propias reglas, pero en general estamos hablando de que las películas salen en DVD/Blu-Ray y Video on Demand (a la carta) entre 70 y 90 días después del estreno. Después de eso, el estudio decide cuándo sale en cable premium tipo HBO (en general 90 días más), y cuándo se puede ver en streaming (entre 9 meses y un año después.)
La amenaza del streaming a salas de cine no viene por el lado de monstruos como Netflix y Amazon. Amazon se dedica a la distribución cinematográfica (con éxitos indie como The Big Sick y Manchester Junto al Mar) y respeta las ventanas como cualquier estudio. Netflix hace todo lo contrario. La máxima ventana que permite es de 10 días (como pasó con El Irlandés o Roma), y por lo tanto los grandes complejos de cine se niegan a estrenar sus películas en pantalla grande.
El verdadero problema está en los nuevos servicios de streaming que pertenecen a los mismos estudios. Disney, Universal y Warner representan el 80% de la taquilla de las salas de todo el mundo. Y las tres tienen sus propios servicios de streaming. Disney+ salió a fines de 2019 y ya tiene 50 millones de suscriptores en todo el mundo. Warner prepara HBO Max para el 27 de mayo y NBCUniversal lanzará su Peacock el 15 de julio.
La matemática del streaming es simple. Las ganancias de un estreno en salas se reparten entre estudio y exhibidor, una simple división de 50% y 50%. Con los servicios de streaming, varios de estos estudios están experimentando por primera vez con una relación directa con el consumidor. Sin compartirlo con nadie.
Por eso es que hace años se viene hablando de la posibilidad de reducir esas “ventanas”, y que el estudio recupere su película cuando tiene más valor. Porque es lógico que un servicio como Disney+ se vea mil veces atractivo si ofrece la posibilidad de ver Black Widow 30 o 45 días después de su estreno en cine. Y los grandes complejos de cine tienen cada vez menos margen para negociar.
Porque si en el mejor año de la industria las salas de cine estaban en problemas, la pandemia fue devastadora.
En menos de cuatro meses, el cierre forzado de los complejos y el crecimiento del consumo de video hogareño en cuarentena aceleraron procesos que ya estaban en marcha pero que en otras circunstancias hubiesen tomado años.
Acá va un intento de repaso de las cosas más importantes que pasaron desde que el COVID-19 empezó a esparcirse por el planeta.
23 de enero. Solo dos días antes del Año Nuevo Chino, el gobierno de ese país decreta la prohibición de reuniones masivas y por lo tanto el cierre de 11.000 complejos a lo largo de la nación. Son 70.000 pantallas, en un fin de semana en que en 2019 se habían vendido más de 130 millones de entradas. 20 días después, la industria declaraba llevar perdidos mil millones de dólares.
24 de febrero. El virus se expande más allá de las fronteras de China, y el miedo hace que mucha gente se quede en casa. En Italia, a pesar de tener solo 230 infectados y siete muertos, la taquilla baja un 44% y el norte del país decide cerrar la mitad de sus salas. Dos semanas después, con 9.000 infectados y más de 400 muertes, todos los complejos cierran.
4 de marzo. Sin Tiempo Para Morir, la última película de James Bond con Daniel Craig, retrasa su estreno del 10 de abril al 12 de noviembre. A pesar de que 007 es un fenómeno global, el grueso de su recaudación se da en Europa y China, hasta ese entonces las regiones más afectadas por la pandemia.
La productora Eon tomó la decisión junto a MGM, que se encarga de la distribución en Estados Unidos, y Universal, que hace lo propio en el resto del mundo. En el mismo comunicado Universal anuncia que adelanta el estreno de su película infantil Trolls: World Tour (Trolls 2) al 10 de abril. Una fecha que resultará clave en este caos.
10 de marzo. Sony es el segundo estudio en retrasar uno de sus estrenos, y mueve Peter Rabbit 2 a la semana del 7 de agosto.
12 de marzo. Paramount decide cancelar el estreno de varias de sus películas: Un Lugar en Silencio Parte II, la comedia romántica The Lovebirds, y el drama criminal Blue Story. A diferencia de Universal y Sony, no pone nuevas fechas de estreno, lo que genera la sospecha de que al menos uno de estos títulos se venderá a servicios de streaming.
13 de marzo. Disney cancela el estreno de Mulan, una película de gran importancia para el mercado chino, prometiendo una nueva fecha para el futuro cercano. Además, caen en la volteada la película de terror Antlers y la castigada The New Mutants, uno de los lastres que quedó de la administración anterior de Fox.
Pero la decisión más relevante de Disney es lanzar de forma sorpresiva la reciente Frozen 2 a su servicio de streaming Disney+. La película había salido menos de 20 días antes en formatos hogareños (Blu-Ray, DVD, VOD), pero Disney decidió unilateralmente romper esa ventana de distribución. La industria del video hogareño era poderosa en la era del VHS, pero hoy está reducida a un par de bateas en casas de electrodomésticos. Nadie protestó la medida.
Pero los analistas lo vieron casi como un tráiler de lo que se venía: el potencial de alterar las ventanas de distribución de cine.
16 de marzo. Universal es la primera en alterar las sagradas ventanas. El estudio tuvo la mala suerte de estrenar varias películas en las semanas en las que el virus causó pánico global. Por eso decidió lanzar de inmediato en video on demand Emma, El Hombre Invisible y La Cacería.
En Estados Unidos la mayoría de los alquileres de video a la carta valen entre 4 y 6 dólares. Universal decidió cobrar veinte, con el argumento de que eran estrenos recientes y el valor era el equivalente a dos entradas de cine. A pesar del alto valor, el experimento fue un éxito moderado, que lleva recaudado en ese país unos 60 millones de dólares. Bastante más de lo que las tres películas habían juntado en cines.
El experimento inspiró a Sony y a Warner a hacer lo mismo con sus estrenos recientes que no habían tenido un recorrido completo en cines, como Bloodshot y Aves de Presa.
Pero entre todos estos anuncios de Universal, el que irritó más a los estudios fue el estreno directo en VOD de Trolls: World Tour, secuela de un moderado éxito animado de 2016. Trolls 2 se saltearía los cines pero se estrenaría en la misma fecha: 10 de abril.
El mismo día, AMC, Cinemark y Regal deciden cerrar todas sus salas hasta nuevo aviso.
20 de marzo. Con los cines cerrados, Disney intenta rescatar su lanzamiento más reciente. Unidos, de Pixar, se estrena en video a la carta solo 17 días después de su estreno en cine. No sólo eso: Disney anuncia que la película estará disponible para todos los suscriptores de Disney+ desde el 3 de abril. Dos ventanas rotas con un solo estreno.
El mismo día, Paramount confirma las sospechas. The Lovebirds es el primer estreno cinematográfico de la pandemia en cancelar su estreno y venderse a Netflix. En lo que se recordará como uno de los grandes crímenes de esta época, la división latinoamericana de Netflix decide ponerle como título local, “Dos Tórtolos.”
21 de marzo. Con el virus dominado luego de la estricta cuarentena en Wuhan, China autoriza la reapertura de cines en varias de sus provincias. Se abren unas 500 salas.
El lunes siguiente la industria revela que entre las 500 recaudaron unos dos mil dólares.
En las provincias de Fujian y Guangdong, en las que viven unos 150 millones de personas, no se vendió una sola entrada.
27 de marzo. Por miedo a un segundo brote de COVID-19, China decide volver a cerrar todos los cines del país.
3 de abril. Con el panorama más claro, Disney altera todo su calendario de estrenos. Black Widow se mueve de mayo a principios de noviembre y Mulan pasa al 24 de julio, pero todo el calendario de 2021 se altera por estos movimientos.
Artemis Fowl, adaptación de una novela estilo Harry Potter que se había terminado de filmar en 2018 y que no tenía muchas expectativas comerciales, pasa a Disney+. Otras películas del estudio como The One and Only Ivan y The New Mutants caen del todo del calendario. Quizás esperando ver qué pasa en los próximos meses y si se justifica estrenarlas en salas.
10 de abril. El “Día T”: Trolls World Tour se estrena a través de servicios de VOD en Estados Unidos. El servicio FandangoNow revela que es el estreno en video a la carta más exitoso de su historia. Distintos medios proyectan que en su primer fin de semana recaudó 50 millones de dólares.
Pero esos 50 millones no son el equivalente al mismo valor en cine, ya que el video on demand tiene un margen mucho más beneficioso para los estudios que el estreno en salas. La primera Trolls hizo 46 millones en su estreno en cines en 2016, de los que Universal se quedó aproximadamente un 50%. De los 50 que hizo Trolls 2 en VOD, Universal se queda casi un 80%.
15 de abril. El CEO de Cinemark es el primero en poner una fecha tentativa para la reapertura de las salas de cine en Estados Unidos: 1 de julio. Los estudios empiezan a hacer planes de acuerdo a esa proyección.
22 de abril. Warner anuncia que Scooby!, la película animada que resucita la vieja franquicia de Hanna-Barbera, no se estrenará en cines sino que repetirá el mismo camino de Trolls: World Tour: un estreno en video a la carta (el mismo 15 de mayo en que se iba a estrenar en cines) con alquileres de 20 dólares y una llegada eventual al servicio de streaming HBO Max.
Esta no es la peor noticia para las salas. John Stankey, flamante CEO de Warner y gestor principal del proyecto HBO Max, declara que el estudio está “volviendo a pensar el modelo de distribución en cines”. Según Stankey, los cines no van a reactivarse como si nada hubiese pasado, y la prioridad para el CEO es recuperar la inversión de sus producciones.
Las palabras de Stankey generan incomodidad en los exhibidores. Una gacetilla de prensa publicada horas después de esa conferencia reitera que Warner está “comprometida con la experiencia cinematográfica.”
23 de abril. Casi como una forma de poner paños fríos a las palabras de Stankey, Warner confirma el estreno de Tenet de Christopher Nolan para el 17 de julio, con el objetivo de que sea la gran excusa para que el público vuelva a los cines. Semanas antes, el director había escrito una carta conmovedora para el Washington Post rogando al público que no abandone las salas de cine.
24 de abril. Nathanaël Karmitz, CEO de la gigantesca distribuidora francesa de cine Mk2, va en contra del optimismo de los dueños de salas de Estados Unidos. En una entrevista a Deadline, el productor dice que lo importante no es volver a abrir los cines, sino hacerlo de una forma que sea atractiva para la audiencia.
“La pregunta no es cuándo volver a abrir, sino cómo volver a abrir. Si tiene que ser con barbijos, distanciamiento social y otras restricciones, creo que no vale la pena. Deberíamos esperar a que la experiencia sea buena y la gente no vaya al cine asustada.”
26 de abril. Varios gobernadores de Estados Unidos declaran el virus bajo control e invitan a las salas de cine a que vuelvan a abrir sus puertas. En Texas, los grandes complejos de Cinemark y AMC declinan la invitación, ya que el público sigue dudoso y no tienen nuevas películas para exhibir.
28 de abril. Un día largo. Empezó con un artículo del Wall Street Journal que revela que los números de Trolls: World Tour son todavía mejores de lo que las primeras proyecciones indicaban. Jeff Shell, CEO de Universal, no confirma ni niega nada, pero da una declaración que fue un tsunami en la industria:
“Los resultados de Trolls World Tour excedieron nuestras expectativas y demostraron que el video a la carta es viable. Ni bien vuelvan a abrir los cines, vamos a seguir estrenando en los dos formatos.”
El comentario de Shell fue criticado por varios medios especializados de la industria del cine, y aunque la NATO (organización que nuclea a los operadores de salas) no dio declaraciones oficiales, la cadena AMC envió una carta incendiaria a Universal en la que expresó su negativa a volver a estrenar películas del estudio. Algo muy dañino para Universal, pero potencialmente letal para AMC.
Horas después, Universal respondió que las palabras de Shell fueron malinterpretadas, y que el estudio analizaría cuál es la mejor estrategia para el estreno de cada película. Pero esto no niega las palabras de Shell y tampoco dice lo que AMC quiere escuchar: un compromiso de que se respeten las ventanas de distribución clásicas de 70 a 90 días para VOD.
¿Qué fue lo que hizo que AMC tuviera esta reacción, aún después de tantas decisiones polémicas de Universal, Paramount, Warner y la todopoderosa Disney? No fueron los números de Trolls, ni la frase del CEO del estudio, sino el análisis de un diario económico como el Wall Street Journal, que declara que este éxito marca un posible nuevo camino para Hollywood.
No para todo Hollywood, claro. Producciones de 200 millones de dólares como Wonder Woman 1984 o Rápido y Furioso 9 jamás podrían recaudar a través de este sistema los 500 o 600 millones que termina recibiendo el estudio. El video a la carta, además, es vulnerable a la piratería. Trolls: World Tour estaba disponible en todos los sitios de descargas ilegales en calidad HD a minutos de su lanzamiento mundial.
Pero esos tanques son lo que menos le importa a los estudios. Son eventos, que van a recaudar más o menos, pero nunca van a perder plata.
En el top 100 de la taquilla de 2019 de Estados Unidos, las 80 películas que estaban debajo de las 20 más exitosas habían recaudado un promedio de unos 50 millones de dólares. Esos éxitos moderados son los que mantienen a las salas alimentadas de contenido durante todo el año, pero también los que generan mayores pérdidas a los estudios.
Son esas películas chiquitas las que mueven a los complejos. Las familiares, las de terror, las comedias románticas y los dramas prestigiosos tipo 1917 o Había una Vez en Hollywood. Si esas películas se empiezan a estrenar en simultáneo en salas y video a la carta, muchos habitués de la experiencia tradicional del cine podrían preferir quedarse en su casa y esperar al próximo tanque de Marvel o DC. Y ahí está el justificado terror de AMC.
29 de abril. El drama continúa, claro. La cadena Cineworld (que con sus complejos Regal es la segunda más grande de Estados Unidos) declaró hoy por la mañana en una carta de similar tenor a la de AMC que tampoco exhibirá películas que rompan las ventanas de distribución.
La UNIC (equivalente europeo a la NATO) dice que el éxito de Trolls World Tour no justifica cambiar reglas que funcionan para todos. El gobierno chino fue un paso más allá, amenazando con regular legalmente estos acuerdos de distribución para que se respeten las ventanas.
El choque más violento se verá después de julio. Es difícil no pensar que las cosas se van a dar como indica el francés Karmitz, y que será poco el público que quiera ir al cine con barbijo, lejos del resto del público, y perdiendo la concentración en la película cada vez que alguien tosa en la oscuridad.
Los cines necesitan películas para volver a abrir, pero ¿qué estudios van a estar dispuestos a perder potenciales ingresos con un estreno que va a recaudar poco y que ni siquiera pueden lanzar en VOD en tiempo reducido?
Pensar más allá de julio es hacer ciencia ficción, pero es difícil no ver la vehemencia de los dueños de las cadenas de salas como un acto desesperado por mantener un statu quo en un mercado en el que su incidencia para negociar es mínima.
Las acciones de estas empresas están en baja, la mayoría de sus empleados fueron despedidos o puestos de licencia, y al menos AMC está en riesgo de entrar en bancarrota. Para colmo de males, estas empresas no suelen ser dueñas de sus complejos, sino que tienen que pagar alquiler, y al menos uno de los propietarios ha demandado a AMC por su retraso.
Universal ya tomó una postura. El rendimiento de los estrenos directo a streaming y VOD de Warner, Sony, y en especial Disney podría cambiar las actitudes de cada estudio con respecto al modelo económico actual del cine. Las salas van a seguir dando pelea, pero con cada día que pasa, crece su vulnerabilidad.
El tráiler de hoy es de Amazon Prime Video. La segunda temporada de Homecoming llega el 22 de mayo y este avance definitivo trata de vender el misterio revelando lo mínimo indispensable. En esta ocasión Sam Esmail toma un rol de productor, y todos los capítulos de la temporada fueron dirigidos por Kyle Patrick Alvarez, de la excelente The Stanford Prison Experiment.
La historia es nueva, aunque gira alrededor de la misma empresa de “reeducación” de la anterior, y la protagonista es Janelle Monae (Talentos Ocultos). Regresan Stephan James y Hong Chau, y se suman Chris Cooper, Joan Cusack y quizás alguna sorpresa más.
La gran pregunta es ¿por qué Amazon no subió el tráiler subtitulado? ¿es parte del misterio, quizás?
Este CortaCable se merece mínimo 1 capítulo de “En Pocas Palabras”. Me encantó!