Por qué los estrenos de cine ya no van a tardar tres meses en llegar a tu casa
Declaraciones de AMC, Cinemark y una firma de Wall Street dejan claro que la ventana de distribución va a cambiar. Además, Quibi llora, HBO Go estrena.
Hace poco más de un mes la cadena de complejos de cine AMC declaró que no proyectaría más películas del estudio Universal. Al menos mientras se sigan cancelando estrenos cinematográficos para vender directo al consumidor a través de servicios de video a la carta (VOD), como hizo el estudio con Trolls 2.
Lo que fue el gran debate de la industria audiovisual de la primera fase de cuarentena hoy es una nota al pie en los libros de historia de Hollywood.
Después de una semana nefasta para el negocio cinematográfico, AMC está al borde de la quiebra y Cinemark está dispuesta a ceder con ventanas de distribución que Wall Street considera una reliquia del pasado.
Hoy conecto noticias para proyectar un posible futuro, y chequeo las señales más recientes sobre la posibilidad de que Tenet y Mulan reactiven la industria de la exhibición cinematográfica.
ADEMÁS: Noticias preocupantes del lado de Quibi y los estrenos de junio de HBO Go.
Los cines ceden, el VOD triunfa, el streaming paga
Correte, coronavirus: el nuevo enemigo de Hollywood no se llama COVID-19, sino MoffettNathanson, la firma de analistas de Wall Street que en cuestión de días ha dado por tierra con el optimismo de grandes estudios, cadenas, y hasta servicios de streaming.
El viernes pasado su codirector Michael Nathanson recomendó no comprar acciones de Disney hasta no tener claro qué iba a pasar con los parques de diversiones, a la vez que daba una calificación mediocre al lanzamiento de HBO Max de Warner.
El lunes, después de tacklear a los dos estudios más grandes de Hollywood, su analista Robert Fishman definió la relación entre las productoras de cine y las salas con una palabra: “ineficiente.”
Con ese adjetivo, Fishman se refiere a la ventana de distribución, el lapso de unos tres meses entre el estreno de una película en los cines y su lanzamiento en formatos hogareños, sea DVD/Blu-ray, video a la carta (VOD) o servicios de streaming. Una tradición que permite a los cines maximizar la cantidad de espectadores, pero exige una exclusividad demasiado extensa que hace que la película (o mejor dicho, el marketing de la película) pierda toda actualidad.
Considerando que el estudio es el que pone el 100% de la producción y el marketing de sus contenidos, hay ejecutivos que consideran que no se justifica el 40-60% aproximado que recibe de cada entrada que se vende. En especial cuando existen alternativas como el VOD, que representa un porcentaje más alto para los estudios (70-80%) o, claro, los servicios de streaming propios (100%.)
El argumento que se esgrime desde hace años para defender la ventana es simple: no hay forma de recaudar 300 o 400 millones de dólares con una película, si esa película no es también un evento. Y para un evento se necesitan cines.
Pero el detalle que no se toma en cuenta es que las películas de mil millones son tres o cuatro por año, y en 2019 solamente 25 superaron los 100 millones en recaudación en Estados Unidos. Dos estrenos por mes que representan un porcentaje desmesurado de la recaudación de la industria.
Y el rango que preocupa a los cines está en las películas que hacen entre 50 y 100 millones de dólares, en general producciones caras que no recuperan su inversión.
En la lista de 2019 encontramos nombres como Alita: Battle Angel, Hombres de Negro Internacional o Terminator: Destino Oculto, que en cine fueron máquinas de perder plata y que quizás hubiesen sido negocio en VOD. En este tipo de servicios rindieron bien algunas de las decepciones de 2020 como Bloodshot y La Cacería, que se habían estrenado justo antes de que la pandemia obligue a cerrar los cines.
Los estudios tuvieron aún más éxito con películas que se iban a estrenar en cine, pero fueron directo a video, y que no por casualidad son las que generaron la ira de cadenas de complejos de salas como AMC y Cinemark.
Scooby! (Warner) y Trolls 2 (Universal) han superado, según proyecciones, los 100 millones de dólares en servicios de VOD, un resultado más que aceptable para películas que costaron entre 70 y 80 millones y que todavía tienen una larga carrera en mercados internacionales, servicios de streaming y canales de cable.
Y el éxito de estos estrenos exclusivos no se limita al cine familiar y las películas de acción.
La comedia dramática The High Note, con Dakota Johnson (50 Shades of Gray) fue el estreno más alquilado del fin de semana pasado, y el sitio IndieWire proyecta que sus ganancias serían superiores a las proyecciones de taquilla de su cancelado estreno en cines. A pesar de ser, claro, más modestas que las de Trolls o Scooby. Pero lo que importa es que películas que no eran negocio, de repente lo son.
El streaming no tuvo tanta suerte. La primera película en bajarse de las salas fue The Lovebirds (Dos Tórtolos), programada para el 3 de abril y finalmente estrenada el 22 de mayo a través de Netflix.
Pero esta promocionada comedia romántica con Issa Rae y Kumail Nanjiani no logró liderar el ranking de contenidos del servicio el día de su estreno, y hoy ya salió del top 10 en Estados Unidos, llegando sólo al quinto lugar entre las películas más vistas. En nuestra región Dos Tórtolos nunca apareció en la lista.
Los primeros experimentos parecen indicar que el VOD es un camino más seguro que los servicios de streaming, pero todavía falta que corra agua bajo el puente.
El viernes 12 de junio, dos estrenos de nivel medio del “summer” cinematográfico llegan directo a los hogares. Por un lado, Universal estrena la comedia The King of Staten Island, de Judd Apatow (Virgen a los 40, Anchorman) con el popular cómico Pete Davidson. Por el otro, Disney+ intentará hacer un impacto con Artemis Fowl, adaptación de una novela juvenil en la línea de Harry Potter.
¿Y quizás no sean solamente esos dos? En algún momento del mes Apple TV+ estrenará Greyhound, la película de guerra con Tom Hanks que compró hace unos días por 70 millones de dólares y cuya fecha de estreno original era, justamente, el 12 de junio.
Ninguno de los tres estudios compartirá números, pero las proyecciones independientes y la reacción en redes sociales podrían ser sólidos indicadores de la dirección que tomarán a futuro con otros estrenos.
Los cines, por su parte, no tienen otra que esperar a julio, mes en el que se volverán a abrir los grandes complejos con tres estrenos: el thriller de Russell Crowe Unhinged (viernes 1), y los tanques Tenet de Christopher Nolan (el 17) y Mulan, de Disney, el 24. Sus respectivos estudios aseguran estar listos para el estreno, pero MoffettNathanson duda mucho que Disney estrene efectivamente la película en esa fecha.
Más allá de lo que pase con Tenet y Mulan, la decisión parece tomada. Las ventanas de distribución se van a reducir, y la tercera cadena más grande del mundo demostró resignación en declaraciones que se publicaron ayer en distintos medios especializados.
Mark Zoradi, CEO de Cinemark, dijo que la ventana actual de aproximadamente 74 días es “importante”, pero que está dispuesto a hablar con los estudios para reconsiderar ese número. De cualquier manera, Zoradi dice que esas conversaciones tomarán lugar en salas de reuniones y no en la prensa, distanciandose de la reyerta entre Universal y AMC.
Es que AMC tiene problemas más grandes.
En la tarde del miércoles, la cadena (propiedad del conglomerado chino Wanda Group) presentó una notificación “8K” a la Comisión de Bolsa y Valores. Un informe anticipado a accionistas en el que revela que en los primeros tres meses del año la empresa perdió más de dos mil millones de dólares, y que proyecta algo similar para el segundo trimestre. Una pérdida de la que sus ejecutivos dudan de que se recupere.
El mensajes es que podría ser el final de AMC, la cadena de cines más grande de Estados Unidos con más de 600 complejos y más de 8000 salas.
La notificación dice que los factores inciertos son demasiados (¡lista unos 30!): no saben cuándo los gobiernos estatales del país permitirán abrir las salas a capacidad media o completa, no saben qué estrenos grandes se van a confirmar en cines ni cuántos, y por supuesto, admiten no tener control sobre la duración de la ventana de distribución cinematográfica.
Tom Brueggemann, agudo analista de IndieWire, tiene la teoría de que esto es solo una estrategia de AMC.
Simular una vulnerabilidad exagerada para lograr, por ejemplo, reestructurar los contratos de locación de sus complejos, o transar mejores términos con sus mejores socios y peores enemigos: los estudios.
Sea cual sea la verdad, AMC ya está empezando su reapertura. El miércoles habilitó varios de sus complejos Odeon en Noruega, país que permite desde el 7 de mayo la operación de cines con capacidad media. Es un experimento que servirá para poner en práctica las medidas de seguridad que en cuestión de semanas deberían implementarse en Estados Unidos.
Y de paso, hacer un estudio a pequeña escala de la gran pregunta que se hace toda la industria: ¿estará dispuesto el público a volver a las salas en estas condiciones?
De la respuesta a ese dilema dependerá el poder de negociación de los exhibidores contra los estudios. Pero todo indica que será poco o nada, y que las ventanas de 74 o 90 días son un tema del pasado.
La única empresa de entretenimiento que está en una situación más incómoda que AMC parece ser Quibi, el servicio de streaming de series de 10 minutos que sigue sin encontrar público. Un fracaso que empieza a impactar en sus finanzas.
Según el New York Post, Quibi está considerando cortar un 10% de su planta permanente, mientras que sus ejecutivos más importantes, incluyendo al CEO Jeffrey Katzenberg, planean reducir su sueldo en también un 10%.
Por supuesto, son medidas simbólicas que buscan demostrar a inversores y anunciantes que la empresa se toma en serio los malos resultados de estos primeros dos meses. Pero el informe sugiere que el descontento crece dentro de la empresa.
Una de las series más caras del servicio es Fierce Queens, un documental de naturaleza producido por veteranos de Planet Earth que muestra a las hembras más salvajes del reino animal. Su narradora es Reese Witherspoon, que según asegura el NY Post cobró seis millones de dólares por la voz en off de 10 capítulos que en total suman menos de dos horas.
Una cifra alta, que se vuelve preocupantes cuando se tiene en cuenta que Witherspoon está casada con Jim Toth, jefe de adquisición y talentos de Quibi. Solo uno de los factores que genera desconcierto en empleados que no saben si estarán en ese 10% que pronto terminará su paso por la empresa.
También en IndieWire (gran protagonista del CortaCable de hoy) hay un análisis brillante del primer mes de Quibi, las razones de su fracaso y las lecciones que puede aprender el próximo servicio que quiera mezclar la inmediatez de Instagram y TikTok con la calidad de Netflix y HBO.
Mañana no hay CortaCable por razones de fuerza mayor (el staff editorial se traslada de la sede actual a nuevas oficinas) así que hagamos un repasito corto por los estrenos del viernes.
El lanzamiento más importante es El Presidente, la serie de Amazon Prime Video sobre la corrupción en la FIFA (específicamente la Conmebol), dirigida por el argentino Armando Bo. Es la tercera serie de Fábula, la productora del director chileno Pablo Larraín, después de la interesante Prófugos y la genial Los Espookys, las dos para HBO.
Netflix se guarda las series fuertes para la segunda mitad del mes, y esta semana ofrece el final de 13 Reasons Why y la nueva temporada de Queer Eye, acompañados de la película de acción The Last Days of American Crime.
Los que puedan acceder a Hulu tienen un par de propuestas llamativas: Shirley, una película biográfica sobre la autora de The Haunting of Hill House Shirley Jackson, protagonizada por Elisabeth Moss, y el documental We Are Freestyle Love Supreme, sobre el grupo de hip-hop del que surgió Lin-Manuel Miranda (Hamilton.)
Sí, parece poquito. Pero la segunda mitad del mes es un tsunami de series y (especialmente) peliculas interesantes. Tenele paciencia a junio.
El tráiler de hoy es casi una respuesta al de ayer. Si los videos de los estrenos del mes de Amazon Prime Video muestran contenido excelente de la peor forma posible, el de HBO Go hace magia con lanzamientos de menor envergadura. En 30 segundos venden una pila de películas y series con frases, miradas, y un acompañamiento musical perfecto. Una cátedra de edición.
Es una pena que no haya estrenos de alto perfil en HBO Go este mes (asumí que algunas de las series de HBO Max se iban a adelantar), pero hay una peli que me gustaría destacar.
De Noche con Kate (Late Night) es una comedia dramática sobre el trascámara de un late night televisivo típico de Estados Unidos, que se centra en la relación entre la presentadora y una nueva, brillante, guionista.
Es de (y con) Mindy Kaling (creadora de la maravillosa Yo Nunca de Netflix), pero la que se roba la película es Emma Thompson en el rol de la conductora del show, una profesional que está más cómoda trabajando con hombres que con otras mujeres. En cines pasó sin pena ni gloria, pero el que esté interesado en los debates que se dan en la televisión actual, va a encontrar tela para cortar.