Netflix se juega por los cómics: Sandman, El Eternauta y ahora Boom!
¿Será Netflix la salvadora de la industria de los cómics? Además, el éxito sorprendente de Trolls 2 en video y sorpresas de Quibi y CINE.AR.
Una paradoja de la cultura pop moderna: a pesar de que los personajes más populares del momento nacieron de la historieta, la industria de los cómics está en riesgo permanente de desaparecer.
Avengers: Endgame es la película más exitosa de la historia del cine, pero la última entrega del cómic de estos personajes, en el que teóricamente están viviendo sus aventuras más recientes, vendió menos de 50.000 unidades.
Es que para las grandes empresas del entretenimiento, las editoriales de cómics tienen la función de ser usinas creativas. Lugares en los que los mejores guionistas y dibujantes experimentan con gran libertad con personajes icónicos y conceptos originales, mientras Disney y Warner (dueños de Marvel y DC respectivamente) eligen cuáles de ellos merecen ser explotados en medios masivos.
Pero el mundo del cómic no termina en los universos de Marvel y DC. Hoy analizo la forma en la que Netflix está salvando a fuerza de licencias la industria del cómic independiente.
ADEMÁS: El éxito del lanzamiento directo a video de una película infantil podría ser letal para la industria del cine, Quibi se resigna a cambiar, y los números espectaculares de CINE.AR.
Boom! podría ser el socio perfecto de Netflix
Las películas de superhéroes son un éxito casi garantizado, pero en televisión es más complicado alcanzar el nivel de espectacularidad necesario para traducir la imaginación sin límites de un cómic. Mientras las grandes marcas de Marvel y DC han tenido más fracasos que éxitos en la pantalla chica, Netflix ha logrado un moderado éxito con adaptaciones de historietas de fantasía, ciencia ficción, y, digamos, superhéroes distintos.
Después de experimentar en el género con las ya canceladas series de Marvel, el servicio usó las mismas técnicas narrativas para adaptar cómics más audaces. Chilling Adventures of Sabrina, de 2018, no está basada en la serie de los ‘90 sino en el cómic de la editorial Archie, con guión del creador de Riverdale, mientras que The Umbrella Academy, basada en el cómic publicado por Dark Horse, fue una de las series más populares del año pasado y The End of the Fucking World, un fenómeno que transmitió a la tele la energía punk del cómic independiente.
Pero los poderes y la fantasía adolescente siguen rindiendo, y entre la catarata de estrenos de 2020 destacaron los superpoderes indie de I Am Not Okay With This (basado en el cómic de Charles Forsman), la comedia delirante El Vecino (inspirada por un cómic español) y la fantasía terrorífica de Locke & Key, coproducida con la editorial IDW.
El romance de Netflix y los cómics se extiende a la compra de Millarworld, el sello de Mark Millar, creador de éxitos como Kick-Ass y Kingsman que este año estrenará su primera producción original para el servicio: la saga épica de ciencia ficción Jupiter’s Legacy. Y para el futuro los planes son aún más ambiciosos: la esperadísima serie basada en The Sandman de Neil Gaiman, la adaptación animada de la queridísima Bone y, claro, la reciente adquisición del Santo Grial del cómic argentino: El Eternauta.
Si estos proyectos se ven tan ambiciosos pero impredecibles, entonces la alianza con la Boom! Comics parece un matrimonio ideal entre una editorial y un servicio que apuntan, básicamente, al mismo público.
Netflix acaba de firmar lo que se llama un “First Look Deal” con la editorial. Esto significa que la empresa de streaming será la primera a la que se le ofrecerán las series de la editorial, y que Netflix tiene que decir que no para que Boom! las presente a otros estudios. En la práctica, es una asociación cercana entre dos compañías que permite a grandes creadores del cómic acercarse al mundo del streaming. Netflix tiene una asociación similar con la editorial Dark Horse, pero el catálogo de Boom! es mil veces más fácil de adaptar.
La estética de Boom! está apuntada a un público adolescente y juvenil, con series que encajarían perfecto entre Stranger Things y Sex Education. Giant Days, por ejemplo, es una comedia brillante en la que tres amigas enfrentan sus años de universidad en un pueblito inglés, con toques ligeros de realismo mágico. Fence! transporta al lector al mundo de la esgrima competitiva, con el estilo del animé Yuri!! on Ice. Once & Future, del cotizado guionista Kieron Gillen, es una versión moderna de la fábula del Rey Arturo, con una dinámica muy a lo Indiana Jones.
La editorial también suele publicar series basadas en conceptos originales de guionistas de Hollywood, como Lucas Stand, del creador de Sons of Anarchy Kurt Sutter, la novela gráfica Jane, de Aline Brosh McKenna (Crazy Ex-Girlfriend, El Diablo Viste a la Moda) y mi favorita personal, Strange Skies over East Berlin de Jeff Loveness (Rick & Morty, Ant-Man 3), con arte del argentino Lisandro Estherren.
Sin duda el que está más feliz es James Tynion IV, actual guionista de Batman, que tiene tres series en Boom! que parecen diseñadas específicamente para Netflix: la comedia fantástica The Backstagers, el thriller sobrenatural onda “Señor de las Moscas” The Woods y la reciente Something is Killing The Children (FOTO), con un personaje central irresistible que podría ser la respuesta femenina a Geralt de The Witcher.
En medio de una pandemia que paraliza al mercado de la venta directa de los cómics, es una gran noticia. Más para Boom!, que venía de un trato similar con Fox, que Disney había básicamente destrozado después de comprar ese estudio al cancelar las adaptaciones de dos de los mejores cómics de la editorial: Lumberjanes y The Mouse Guard. Una metida de pata de Disney que termina beneficiando a Netflix.
Los Trolls de Universal son otro clavo en el ataúd de las salas de cine
Hay proyecciones, modelos, predicciones, pero nadie sabe realmente cuándo se va a terminar la cuarentena mundial para regresar a algo parecido a la normalidad. Entre todas las incógnitas económicas, la industria audiovisual está lejos de ser un servicio esencial, pero eso no quita que cientos de miles de trabajos pendan de un hilo.
No sabemos cuándo se van a abrir los cines o cuándo se va a poder volver a filmar, pero lo más probable es que lo primero tome mucho más tiempo que lo segundo, y que hasta que no haya una garantía de seguridad no veamos un retorno masivo a las salas.
En la práctica, eso deja a los estudios con un catálogo de estrenos de 2020 imposible de estrenar en cines. Los 15 o 20 tanques del año se pueden retrasar (Rápido y Furioso 9 saldrá un año después de su fecha original), pero no tiene sentido hacerlo con todo lo que está por debajo de una proyección de recaudación de mil millones de dólares y que probablemente tenga que competir con el doble de estrenos de alto perfil en 2021.
Los estudios de cine, entonces, se quedaron con 50, 100, 200 “limones” y toca hacer limonada.
Paramount está negociando sus películas de segunda línea con servicios de streaming como Netflix. Disney no piensa perder tiempo con Artemis Fowl y la enviará directamente a su servicio Disney+. Pero Universal viene teniendo un éxito moderado con una estrategia que en otro momento parecería arriesgada.
El estudio había estrenado tres películas en las semanas en las que los cines se cerraron: Emma, El Hombre Invisible y La Cacería. Solamente días después de que empezó la cuarentena, Universal puso estas tres pelis en alquiler en todas las plataformas de video a la carta (Amazon, iTunes, FandangoNow) por sólo 48 horas y a un precio nunca visto: 20 dólares por película.
A pesar de ese alto valor, la respuesta fue relativamente positiva para tres películas de proyección comercial modesta. La prueba de fuego fue este viernes 10 de abril, cuando Universal estrenó en Estados Unidos Trolls 2 (Trolls World Tour), la secuela de la película animada con las voces de Justin Timberlake y Anna Kendrick.
La original había recaudado casi 150 millones de dólares en ese país, el equivalente de casi 8 millones de alquileres bajo estas nuevas tarifas. Algo que parecería imposible de replicar, aún con familias desesperadas por algo nuevo para ver.
Pero el lanzamiento directo a video de Trolls 2 fue un éxito descomunal: según las primeras proyecciones de Universal y los servicios de video, la película batió todos los récords en su primer fin de semana de exhibición digital.
Universal no dio números exactos, sino que declaró que había recaudado “10 veces más que su estreno digital más taquillero” pero es fácil extrapolar una cifra en base a lo que sabemos. Como ese estreno fue Jurassic World 2, que en 2018 recaudó entre 2 y 3 millones de dólares, el total de Trolls 2 estaría alrededor de los 25 millones. Una cifra que casi duplica los 12 que hizo la primera Trolls en su primer viernes en las salas de cine.
Trolls 2 lideró en cada una de las plataformas digitales, superando en solo tres días a películas que llevaban una semana en los rankings. Una señal clara de que la estrategia del lanzamiento a video es viable (al menos para películas familiares) y un caso de estudio que podría tener repercusiones permanentes en el mundo del cine en casa.
La fecha de reapertura de las salas de cine se sigue retrasando mientras AMC, la cadena más grande de Estados Unidos, está al borde de la bancarrota. Al mismo tiempo, la Justicia de ese país está a punto de declarar nula una ley de los años ‘40 que prohíbe a los estudios tener sus propias salas de cine. No hay que ser Nostradamus para imaginar un futuro muy parecido a la era de oro de Hollywood, en la que los estudios producían y distribuían sus propias películas.
Netflix, una vez más, podría resultar el referente involuntario. El año pasado la empresa de streaming rescató el Paris Theater, uno de los cines históricos de la ciudad de New York en el que (hasta la cuarentena) se pudieron ver exclusivamente estrenos de alto perfil de Netflix como El Irlandés o Historia de un Matrimonio.
La industria del cine está cambiando en plena pandemia, y aunque acá lo limitamos (dentro de lo posible) al streaming, te invito a leer el número 274 de La Cosa, en el que publiqué una investigación detallada sobre el impacto permanente que el COVID-19 podría tener en toda la industria audiovisual.
CORTITAS: La resignación de Quibi, el éxito de CINE.AR, otra de Netflix
Meg Whitman, CEO de Quibi, anunció ayer que las descargas totales de la aplicación fueron más altas de lo que proyectaban las consultoras independientes: 1,7 millones de usuarios probaron esta nueva plataforma de stream, y el 80 por ciento vio al menos un capítulo de 10 minutos.
Aún así la empresa está planteando cambios a futuro, y el más interesante de ellos es el más obvio: pronto Quibi permitirá ver sus contenidos en televisión a través de dispositivos como Chromecast y Apple TV.
El creador del servicio Jeffrey Katzenberg siempre recalcó que Quibi está pensado para celulares, pero Whitman dice que la opción de ver las series en una pantalla más grande ya estaba en desarrollo, y que la cuarentena la hace imprescindible.
(si querés saber más de la oferta de Quibi para cinéfilos, y las series que preparan Guillermo del Toro, Steven Spielberg y Sam Raimi, en la última entrega de La Cosa también hay una nota mía sobre el tema, ¡Es un lindo número!)
CINE.AR es una invaluable plataforma gratuita de cine argentino, que en el mes de marzo triplicó la cantidad de nuevos usuarios. 72.000 nuevos suscriptores pudieron pasear por este variado catálogo de lo mejor de nuestra producción local, visualizando más de 230.000 contenidos.
Los más vistos fueron tres películas recientes (La Reina del Miedo, El Último Traje y Recreo) y la comedia negra de ciencia ficción Fase 7 (2010) que se volvió viral por la forma en la que “predice” la pandemia actual.
El tráiler de hoy es Mentiras Peligrosas, una película de Netflix que se estrena el 30 de abril, protagonizada por Camila Mendes (Verónica de Riverdale) y que parece preguntarse cómo sería Knives Out sin Daniel Craig, sentido del humor, o un mínimo gramo de onda.