Las series españolas vs. el COVID-19
España muestra sus ambiciosos nuevos proyectos tras un horizonte preocupante. Además, La Jauría de Lucía Puenzo y los números de Hulu.
Toy Boy, El Hoyo, Hogar, Élite: hoy cuatro de los diez contenidos más vistos de Netflix en Argentina vienen de la industria audiovisual española, y el viernes la cuarta temporada de La Casa de Papel se va a asegurar el primer puesto durante semanas. Con pequeñas alteraciones este ranking se repite en Perú, México, Colombia y claro, España.
La producción española es un fenómeno internacional que nadie podía predecir, pero el impacto de la pandemia en el país podría poner un palo en la rueda a una expansión que todavía está en proceso. Hoy reviso los proyectos que las grandes productoras españolas están presentando a servicios de streaming internacionales en busca de ese próximo paso.
ADEMÁS: Hulu resultó ser uno de los grandes ganadores del streaming del último mes, Lucía Puenzo presenta La Jauría, y Netflix mata y deja vivir.
En su mejor momento, la industria de España pelea por su futuro
El mejor negocio de Netflix en los últimos años fue apostar por la producción española. La temporada tres de La Casa de Papel, por ejemplo, se vió en 34 millones de hogares en solo su primera semana, a un costo por capítulo de menos de dos millones de euros. La tercera temporada de The Crown, en comparación, costó 100 millones de euros, y en cuatro semanas solo había sido vista por 23 millones de espectadores.
La Casa de Papel es una producción original del canal Antena 3 que se volvió exclusiva de Netflix desde esa tercera temporada, pero no es el único éxito. Adquisiciones como Vis a Vis, Merlí y la reciente Toy Boy alcanzaron el status de fenómeno en varios países hispanoparlantes, mientras que la producción original Élite y la película de ciencia ficción El Hoyo (exclusiva de Netflix fuera de España) están hoy entre los contenidos más vistos en Estados Unidos.
Si 2019 fue el año en el que España conquistó el mundo a través de Netflix, 2020 iba a ser el de la consagración. En enero, la Gran N inauguró sus oficinas de producción en Madrid y presentó sus tanques de mediados de año: la miniserie de Manolo Caro Alguien Tiene Que Morir, el misterio El Desorden Que Dejas de Carlos Montero (creador de Élite) y la esperada serie de suspenso El Inocente, con Mario Casas.
2020 también era el año en el que los demás servicios españoles se le iban a plantar a Netflix. HBO España tenía programada para mayo su primera producción original, la esperada adaptación del best-seller Patria, sobre la historia reciente del País Vasco. Movistar Plus viene invirtiendo millones en contenidos hace años y sin mucho éxito, pero confiaba en el combo del policial La Unidad y La Línea Invisible, sobre la radicalización de la ETA.
La inversión maś grande, sin embargo, venía de Amazon y tres superproducciones: La Templanza (basada en el best seller de María Dueñas), Un Asunto Privado (de la productora de Las Chicas del Cable) y una adaptación del clásico de la literatura El Cid, con Jaime “Denver” Lorente en el protagónico.
Todos esos planes se han visto sacudidos por la pandemia de COVID-19 que tiene justamente a Madrid como uno de sus focos. Los estrenos locales de varias de estas series han sido alterados o suspendidos, mientras que unas 30 producciones en curso se han frenado para respetar las normas de distanciamiento social.
Y eso no es lo peor. El negocio de la producción española gira alrededor de la temporada de festivales, en la que ejecutivos y creativos viajan a distintas ciudades a vender sus proyectos actuales y futuros. Pero MIPTV, Series Manía y Cannes fueron cancelados, y en esta semana las productores están presentando sin el “toque humano” que a veces resulta esencial para conseguir esa firma.
Un reciente artículo de Variety captura el momento único que viven estos productores. Los servicios de streaming están hambrientos de contenido y España no sólo ofrece calidad a un precio bajo sino una estructura de producción confiable, una industria aceitada que simplifica los procesos creativos, no sólo en su territorio sino como coordinadores de coproducciones internacionales.
Al mismo tiempo, el impacto de la pandemia en la economía española ha sido mucho mayor que en otros países afectados por el virus. La recesión parece inevitable y es imposible predecir cuándo y en qué contexto estas producciones se podrían reactivar, haciendo que cada contrato que se firma en estos festivales virtuales incluya un tácito signo de pregunta.
La producción para, pero las productoras no se quedan quietas. Se siguen escribiendo guiones y desarrollando nuevos proyectos, las casas de postproducción trabajan a distancia y el marketing ajusta las campañas de los pocos proyectos que se podrán estrenar en los próximos meses.
El mercado internacional tiene requerimientos que van más allá de la calidad de la producción, y las series que se están presentando en los Skypes y Zooms de la edición virtual de MIPTV/Series Mania demuestran una renovada ambición de la industria española, un intento de igualar no solo el despliegue visual sino la riqueza temática de las producciones norteamericanas y británicas.
Entre las que me llamó la atención está Caminantes (de la productora MediaPro/100 Balas), un thriller sobre cinco adolescentes que desaparecen haciendo el Camino de Santiago, y la reconstrucción de lo que pasó a través de sus celulares. La Fossa, que se estrenó hace un mes en España con grandes críticas, es un thriller rural de Agustí Vila que muestra lo que pasa cuando un joven historiador encuentra una fosa común de la guerra civil y es asesinado antes de que pueda identificar los cadáveres. Los Sin Nombre es una versión extendida de 8 capítulos de la genial película de terror de 1999 que dio comienzo a la carrera de Jaume Balagueró, creador de la saga REC.
Hasta la venerable RTVE (Radio y Televisión Española) está vendiendo sus proyectos al mundo, y acaba de cerrar con Amazon para producir Inés del Alma Mía (foto), una adaptación de la novela de Isabel Allende que cuenta la historia de la fundadora de Chile Inés Suárez y su traición al pueblo Mapuche.
Una de las iniciativas más interesantes de este año fue la fundación de El Estudio, una productora que une a veteranos de Sony, Canana y Apache Films con oficinas en México, Madrid y Los Ángeles. El Estudio ya está vendiendo en estos festivales Galimberti, la bioserie del argentino Pablo Trapero, además de otros proyectos como la Trilogía Barcelona, sobre yihadistas instalados en la ciudad del título.
MediaPro contrató en 2016 a Ran Tellem, creador de la versión original de Homeland, como su director de contenidos internacionales. Este año presenta su apuesta más extraña: The Head, un delirante thriller de supervivencia que se grabará en el Polo Sur, en inglés y danés, con Álvaro Morte (el Profesor de La Casa de Papel) en el protagónico y la participación del ídolo del J-Pop Tomohisa Yamashita en un secundario.
Mi favorita de las que se presentaron también es de MediaPro (que necesita una inyección de efectivo urgente para sostener su estructura). Nasdrovia es una comedia negra de Marc Vigil (El Ministerio del Tiempo), con Leonor Watling (Hable Con Ella) y Hugo Silva (también del Ministerio), sobre una pareja de españoles en crisis matrimonial que abre un restaurante típico en Rusia... que accidentalmente se vuelve el lugar favorito de la mafia local.
Si algo tienen en común estos proyectos, es que parecen venir de una industria madura que sale en busca de un público internacional y se aleja cada vez más de las muletas de género (romance, crimen, “época”) que solemos relacionar con la producción de este país.
Aunque los titulares de los diarios sugieran lo contrario, 2020 todavía puede ser el año de la producción española. Los tiempos de desarrollo son menores, los presupuestos más bajos, y el trabajo está más centralizado que en las producciones norteamericanas. Sea cual sea el panorama de los próximos meses, España no solo tiene la resiliencia y la capacidad de reconstrucción, sino el orgullo: ningún virus les va a quitar el momento que están viviendo.
Los números de Hulu que ponen felices a Peacock y HBO Max
Aunque Disney suele mantener secretos sus números de suscripción y visualizaciones, ayer publicó cifras interesantes de los resultados de sus servicios de streaming durante marzo. En los primeros quince días de este mes empezaron a tomarse medidas de distanciamiento social y cuarentena a lo largo de Estados Unidos, y el consumo de streaming ha, obviamente, aumentado.
La sorpresa que marcaba la medidora independiente Comscore la semana pasada es que el uso de Hulu ha representado el 12% del de los servicios de streaming en general, mientras que el de Disney+, que tiene una cantidad similar de suscriptores, está por debajo del 10% (Amazon tiene un 16%, YouTube un 21% y el claro ganador fue Netflix con un 37%)
Disney, por su parte, compartió detalles específicos sobre el consumo de Hulu, como que el “maratoneo” (consumir más de 3 capítulos en una sola sesión) aumentó un 25% y que su serie original Little Fires Everywhere está creciendo semana a semana, generando más horas de visualización que cualquiera de los dramas del servicio, superando a series de 100 o 200 capítulos como E.R. o The X-Files.
Pero el dato más llamativo tiene que ver con el tipo de contenido que se consume en cuarentena: comedias y series predecibles que Disney describe como “de confort”. Los nombres incluyen Brooklyn Nine-Nine, How I Met Your Mother, This is Us, Grey’s Anatomy y la animada Bob’s Burgers.
Es una buena señal para Hulu, que tiene un profundo catálogo de extensas series de ese tipo, pero también para HBO Max (Warner) y Peacock (NBCUniversal).
Estos dos servicios salen en los próximos meses y no llegarán a tener producción original, solamente un extenso archivo de series como Friends, Gossip Girl y The West Wing (Warner), o The Office, Frasier y Cheers (Peacock): lo que tranquilamente se puede llamar televisión de confort.
CORTITAS: Renovaciones y cancelaciones de Netflix, Krasinski, La Jauría
La producción de nuevas series de Netflix está detenida, y es un gran momento para empezar a escribir temporadas que se grabarán ni bien se vuelvan a encender las cámaras. Quizás pensando en eso el servicio de streaming renovó la flamante Locke & Key para una segunda temporada, poco más de un mes después de su estreno.
Locke & Key fue la más exitosa de las tres coproducciones entre la Gran N y la editorial de cómics IDW. Sin embargo, Netflix aprovechó la ocasión para cancelar sin piedad las otras dos: el bodrio de vampiros V-Wars con Ian Somerhalder y la impresentable October Faction.
Mientras John Krasinski espera a ver lo que pasa con Un Lugar En Silencio Parte 2, se divierte grabando videos de YouTube con sus amigos. Su nueva serie se llama Some Good News (Algunas Buenas Noticias) y el primer episodio es una simpatiquísima charla con Steve Carell sobre su época de The Office. 15 minutitos imperdibles.
También en el contexto de los festivales virtuales MIP TV y Series Mania, las productoras Fremantle y la chilena Fábula presentaron su producción La Jauría, que mezcla policial, misterio, religión y el impacto de movimientos como #NiUnaMenos.
La serie está ambientada en Chile pero la directora y coguionista es la argentina Lucía Puenzo, que dio una entrevista a Variety y estrenó el tráiler de forma exclusiva en el sitio de esa publicación. Ayer decía que quería ver series latinoamericanas que desafíen los estilos narrativos de los últimos 20 años. La Jauría parece ser exactamente eso.
Por si creías que Netflix no tenía suficientes dramas adolescentes, acá va otro más: Outer Banks es una historia a lo O.C. sobre diferencias sociales en las playas surfer de California. Gente linda, buena fotografía, y la mano firme de los directores independientes Josh y Jonas Pate. Los 10 capítulos de la primera temporada se estrenan el 15 de abril.